Los niños que en sus primeros años de vida viven con un gato o un perro tienen menos probabilidad de desarrollar asma y alergias relacionadas con los animales. Según estudios recientes del UK Pet Health Council (Consejo de Salud de Mascotas del Reino Unido) es más estable el sistema inmunológico de los niños (particularmente de entre 5 y 8 años) de familias con una mascota, que aquellos niños de familias que no conviven con animales de compañía. Por tanto, aquellos niños que poseen mascota tienen más herramientas para defenderse de las enfermedades.