Su propósito es mejorar la salud y bienestar de los animales terrestres, así como de la salud pública veterinaria. La implementación de estos estándares también procura un comercio internacional seguro en animales y productos animales.
Las autoridades veterinarias de los países importadores y exportadores deberán referirse a las medidas sanitarias que en él figuran durante las actividades de detección temprana, notificación y control de agentes patógenos con el fin de evitar su transmisión a los animales y, en caso de enfermedades zoonóticas, a las personas, así como su diseminación a través de los intercambios internacionales de animales y de productos derivados, impidiendo al mismo tiempo la instauración de barreras sanitarias injustificadas.