Así, diversos estudios demuestran que la tenencia de mascotas reduce las visitas al médico y generalmente se corresponden con niveles de tensión arterial más reducidos, por ejemplo, un paseo con un perro puede ayudar a las personas a quemar hasta 240 calorías a la hora, incluso algunos perros entrenados específicamente pueden detectar enfermedades como el cáncer o alertar de cambios en los niveles de glucosa en las personas diabéticas.
Las mascotas nos proporcionan apoyo emocional, reduciendo sensaciones de estrés o soledad e incrementando el contacto social, particularmente en el entorno de las personas mayores o de aquellas que viven en solitario. Pero además, estos animales suponen para los niños y adolescentes un elemento clave a la hora de desarrollar responsabilidades, sentido del cuidado hacia otros y relaciones afectivas positivas.
Nuestras mascotas son extraordinarias. Es sobradamente conocida la insustituible aportación que las mascotas debidamente adiestradas proporcionan a personas invidentes o con movilidad reducida; asimismo, se han demostrado las grandes avances que en materia de sociabilización y empatía se han conseguido por la interacción entre las mascotas y los niños autistas, incluso en algunas ocasiones están entrenados para labores de rescate de supervivientes y víctimas en desastres naturales y provocados.
Mantener sanas a nuestras mascotas, contribuye de manera directa a su bienestar, y por tanto a nuestro propio bienestar como personas.